mayo 23, 2025
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Por Redacción 

* Nosotros no trabajamos con pacientes, trabajamos con historias de vida, cada persona merece un trato personalizado, sostiene Alejandra Solórzano

* “El modelo DAMADI es cuidado profesional, trato humano y la posibilidad para las personas de la tercera edad en México, de vivir una historia diferente”

* Este modelo rompe con los viejos paradigmas de los “asilos” y propone un concepto integral de comunidades pequeñas, muy activas y con personal altamente capacitado

Ciudad de México. – En un país donde el envejecimiento de la población avanza aceleradamente y la cultura del cuidado aún tiene grandes vacíos, DAMADI se ha convertido en una propuesta innovadora, humana y profundamente profesional para atender a los adultos mayores.

Alejandra Solórzano, vocera y cofundadora del proyecto, ha sido una de las impulsoras de un modelo que rompe con los viejos paradigmas de los “asilos” y propone un concepto integral: casas pequeñas, cálidas, con rutinas terapéuticas, comunidad activa y personal altamente capacitado.

“Una casa de reposo no debe sentirse como un hospital, sino como un hogar. Nosotros trabajamos todos los días para que así se sienta”, explica Alejandra. “Cada residente tiene nombre, historia, y merece atención personalizada. Nuestro diferencial está en el vínculo que generamos.”

Con más de 20 años de experiencia entre el ámbito jurídico y el operativo, Alejandra es una voz crítica frente a un sistema que muchas veces improvisa el cuidado. DAMADI ha desarrollado protocolos, procesos y estructura que garantizan resultados y no sólo intenciones.

“Cuidar a un adulto mayor no es un acto intuitivo. Es una labor profesional que requiere formación, estructura y vocación”, afirma. “Nosotros no improvisamos: cada área tiene un protocolo y responsables claros.”

Uno de los ejes que distingue a DAMADI es su firme enfoque en la prevención. Alejandra ha detectado que muchas familias toman la decisión de ingresar a un ser querido cuando ya es tarde: tras una caída, una fractura o un deterioro avanzado.

En este sentido el llamado de Alejandra es directo: “Ingresar a tiempo a una casa con un modelo adecuado como el de DAMADI es una inversión en calidad de vida. No es quitar libertad, es prolongarla.”

Más allá del cuidado físico, DAMADI pone énfasis en la comunidad y el bienestar emocional. En sus casas, los residentes conviven a diario, participan en actividades, construyen vínculos nuevos.

“Uno de los grandes males de la vejez es la soledad. Nosotros trabajamos todos los días para combatirla con comunidad y alegría. Aquí nadie se queda solo viendo tele todo el día”, comenta Solórzano.

El modelo también contempla la responsabilidad compartida entre familia y equipo: “No se trata de que vengan a dejarnos a alguien. Se trata de cuidarlo en conjunto. La familia sigue siendo parte del equipo”, dice Alejandra. “Los mejores resultados vienen cuando todos se involucran.”

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