
Por Redacción:
Budapest, miércoles 10 de septiembre de 2025. Con un cierre vibrante en la Puskás Aréna, Portugal venció 3–2 a Hungría en las eliminatorias europeas rumbo a 2026, un partido que se resolvió con un derechazo de João Cancelo a los 86 minutos tras un intercambio de golpes que tuvo a Cristiano Ronaldo como protagonista y líder de la remontada. La crónica internacional coincide en que fue un triunfo trabajado que deja a la Selección en la cima de su sector y alimenta la narrativa de un Ronaldo decisivo a los 40 años.
El guion cambió varias veces: Barnabás Varga puso adelante a Hungría con un cabezazo al 21’; Bernardo Silva igualó al 36’ y, ya en el complemento, Ronaldo volteó el marcador con penal al 58’. Cuando el local parecía desfondarse, Varga apareció otra vez al 84’ para el 2–2, pero dos minutos después Cancelo cazó un balón suelto en la frontal para firmar el 3–2 definitivo. La secuencia —con la reacción magiar y la respuesta inmediata lusa— quedó registrada en los reportes de cancha y en el seguimiento minuto a minuto.
El resultado deja a Portugal líder del Grupo F con seis puntos en dos salidas y confirma el buen arranque del equipo de Roberto Martínez; en la misma jornada, Armenia sorprendió a Irlanda y se ubicó segundo, lo que apretó la pelea por los puestos de clasificación directa. En Budapest, las portadas destacaron también el carácter del cuadro visitante para sobreponerse al empuje del local en los minutos finales.
En el plano individual, Cristiano Ronaldo igualó el récord histórico de goles en eliminatorias mundialistas con 39 tantos, además de elevar su cosecha internacional a 141 dianas; su ejecución desde los once pasos y su influencia en el ritmo ofensivo portugués volvieron a colocar su nombre en los titulares de la jornada europea.
Las estadísticas ayudan a explicar la balanza: posesión 69%–31% y 15–5 en tiros totales para Portugal, con 7–2 en disparos a puerta; Hungría, más directa, rentabilizó sus llegadas y sostuvo el pulso hasta el tramo final. El registro arbitral cerró con dos amarillas para los lusos y una para los locales, incluida la amonestación a João Palhinha en el descuento.
Más allá de la tabla, el triunfo tiene lectura anímica: el gol de Cancelo en la recta final —apenas 90 segundos después del empate de Varga— encapsuló la resiliencia del campeón de Europa 2016 y sostuvo la racha perfecta en el arranque clasificatorio; en la Puskás, el visitante salió airoso de un examen de personalidad ante un rival que no bajó los brazos.